sábado, 27 de abril de 2013

Los mundos de mi mundo

"¿Cúantos mundos entran en el mundo? ¿Miles, billones? ¿Y cuántos entran en cada uno de nosotros? ¿Cúantos somos al mismo tiempo? ¿Hasta cuánto podemos soportar? No es filosofía. Es la pesadumbre (pesada podredumbre) del mundo. Es cierta tristeza. Cierta bronca. Cierta certidumbre de la injusticia, de la cruel incoherencia entre la comida jugosa del cartel y el hambre de quien lo pega. Entre el regalo que mi hijo recibirá el día del niño y el niño sin niñez mirando la vidriera de la juguetería. ¿Cúanto verdaderamente sabemos de los otros mundos que habitan este mundo?"

Esto lo escribí hace un año... y hace unos minutos, mientras mi hijo se dormía, pensaba cuántos mundos caben en un mundo, hasta dónde somos capaces de verlos, de analizar las intrincadas redes que los unen y los hacen imprescindibles unos de otros.
Hoy el mundo íntimo, ese que habita en el interior de cada uno, me pedía a gritos ocuparme de lo importante, salir a la cancha con los mismo jugadores con los que venía perdiendo por goleada para encarar victorioso el segundo tiempo encontrando un juego propio y original. Y ese mundito se vio atravezado por un deseo, también de ese mundo, de cocinar algo rico con mi hijo para agasajar a algunos amigos mañana, y se chocó con las rutinas del día y con el mundo del barrio y sus recovecos; y con el mundo de los vecinos preocupados por las dificultades eléctricas del edificio.
Y muy desde temprano ese mundo interno se vió urgido por la indignación por un mundo más externo, el mundo social de la violencia, de la aberración de la política más reaccionaria, de todos los valores que siempre he odiado.
Y así se fue entrelazando el día, tratando de encontrar el equilibrio entre lo individual, lo paternal, lo social, lo político, lo visceral, lo económico, lo rutinario...

Y cuando la cabeza parece estallar, me pregunto... ¿Cúantos mundos entran en el mundo? ¿Miles, billones? ¿Y cuántos entran en cada uno de nosotros? ¿Cúantos somos al mismo tiempo? ¿Hasta cuánto podemos soportar?

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